El desafío
Cuando comenzamos a trabajar con Mim Habits, su propuesta era sólida: un producto de calidad y una atención al cliente impecable. Sin embargo, su plataforma digital no reflejaba ese nivel.
La conversión en el proceso de compra era baja, el pago resultaba poco intuitivo y los usuarios encontraban difícil identificar qué producto se ajustaba mejor a sus necesidades.
El reto era claro: optimizar la experiencia de compra para que estuviera a la altura del producto que ofrecían.